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Esos ideólogos que inspiran a Vladímir Putin

Eurasia, el ’choque de civilizaciones’ versión rusa

“Para consolidar su ejercicio de la vertical del poder, el presidente Vladímir Putin intenta una síntesis de las corrientes nacionalistas y conservadoras. Entre estas, renace el concepto de euroasianismo, sostenido, especialmente, por Aleksandr Duguin. La empresa intelectual pretende desmarcarse de una modernidad occidental considerada decadente, mientras forja un bloque de civilizaciones capaz de resistirla con la defensa de las tradiciones”. [Eurasie, le « choc des civilisations » version russe, Le Monde diplomatique, mayo de 2014].

Se olvida un poco pero la crisis de Ucrania surgió en un contexto de apuesta económico-estratégica, poniendo en tela de juicio el gran proyecto de Vladímir Putin: la Unión Económica Euroasiática (UEE), que debía entrar en vigor en enero de 2015. Las negociaciones para un acuerdo de asociación con la Unión Europea fueron entonces interrumpidas por el presidente ucranio, Víctor Yanukóvich; algunos temían que fuera preferido al espacio económico común con Rusia, Kazajastán y Bielorrusia, primer paso hacia una integración importante en seno de la UEE.

Este acercamiento a los principales países de la antigua Unión Soviética se inscribe en el proyecto por el restablecimiento de Rusia como potencia regional, lo que tiene numerosos apoyos populares. Se nutre de diversas ideologías nacionalistas, que Putin supo identificar de forma diferenciada, pero la más influyente ha sido teorizada por el filósofo Aleksandr Duguin (nacido en 1962) bajo el nombre de euroasianismo.

El euroasianismo ruso y sus protagonistas

Lev Gumiliov

Lev Gumiliov.

Aleksandr Duguin

Aleksandr Duguin.

Eduard Limónov

Eduard Limónov.

Aleksandr Panarin

Aleksandr Panarin.

Valeri Korovin

Valeri Korovin.

Mijail Leóntiev

Mijail Leóntiev.

Esta corriente ideológica, al servicio de la grandeza rusa, tiene una larga historia; recobra realidades y expresiones a veces contradictorias. Aparece inmediatamente después de la revolución de 1917 en el seno de una generación surgida de la emigración. Según la historiadora Marlène Laruelle, el euroasianismo surgió "de una experiencia personal: el rechazo de Europa«. Un rechazo»que después buscó teorizarse" en un doble movimiento de ruptura con el monarquismo y el constitucionalismo occidentalista, en un contexto de interés por la experiencia bolchevique [1]. Lo que importa, ante todo, es que se preserve la singularidad oriental de la vía rusa: los lingüistas del círculo de Praga (1928-1939), Nikolái Trubetskoi y Román Jakobson subrayan, así, la asiaticidad de Rusia, su compleja etnogénesis en contacto con los pueblos ugrofineses, turco-tártaros, del imperio turco-mongol de la Horda de Oro… A la vuelta de los decenios de 1930-1940, los euroasiáticos de la emigración escogen el campo soviético. La guerra marcó el fin de este primer euroasianismo.

Hijo de los poetas Nikolái Gumiliov —fusilado en 1921 por «complot monárquico»— y de Anna Ajmátova, el etnólogo Lev Gumiliov (1912-1992) retomó la antorcha. Estudia las civilizaciones turanias —vago término para designar a ciertos pueblos del Asia Central— y subraya lo que él percibe como la comunidad de destino eslavo-turania. Sus trabajos, prohibida su publicación en la Unión Soviética, conocieron un inusitado éxito de librería en el Moscú de los años 1990-2000. Incluso en Astaná, capital de Kazajastán, un instituto lleva su nombre. Pero es en la versión dada por Duguin en la que el euroasianismo —el neoeuroasianismo, de forma más precisa— va a ganar influencia, en repercusión con la retórica de Putin.

Harán falta varias etapas y, especialmente, la fundación, con el escritor Eduard Limónov [2], en 1992 del Partido Nacional-Bolchevique (PNB) que acoge a los que se llamará rojos-pardos. La alianza de contrarios marca, también, la refundación ideológica del Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR). Desde 1991, el patriotismo de Estado se convierte en la primera ideología de recambio de los que toman nota del fin de la URSS sin aceptar por eso el ultraliberalismo dominante. Tiene como principal vector el «frente nacional patriótico» del PCFR que espera celebrar la revolución de Octubre mientras reconcilia a «Rojos» y «Blancos» (comunistas y zaristas), referirse al marxismo acercándose mientras a la Iglesia ortodoxa, rehabilitar a Iósif Stalin mientras exige «respeto a la democracia», unirse en 2012 a la contestación anti-Putin mientras combate la orientación pro occidental.

Una potencia terrenal

El PNB acumula también contradicciones, además de que Limónov es un outsider, pionero de la nueva literatura erótica, ajeno a todo conservadurismo, asociado a la nueva ola de rock metal. Se convirtió en aliado de los opositores demócratas a Putin fundando La Otra Rusia [3], consagrado al combate contra el régimen tras la prohibición del PNB en 2007.

Duguin, inspirador del «nacional-bolchevismo sin Limónov», creó en 2001 el movimiento Eurasia, al que se unieron personalidades rusas ortodoxas, mulsumanas y judías. La Cuarta Teoría Política, que publicó en 2012, aclara su lectura del mundo y sus objetivos [4]. De las tres teorías que precedieron a la suya, dos, el comunismo y el fascismo, han fracasado. Queda el liberalismo, triunfante pero que no representa ni el «fin de la historia» ni el de las ideologías. Propone, entonces, su propia concepción, la de un conservadurismo activo. En la obra, prologada por Alain Soral [5], se despliega la crítica de la racionalidad (cercana al pensamiento de René Guénon), el rechazo del principio democrático (es la espiritualidad lo que hace a la élite), el desprecio del liberalismo, el rechazo del progreso y la justificación del Estado fuerte, al hilo del pensamiento de Carl Schmitt.

El autor hace suya la oposición clásica, renovada en sus términos, de una guerra de civilizaciones, entre la talasocracia (el poder marítimo, el atlantismo) y el poder de la tierra euroasiática, de la que Rusia constituye el corazón. Su crítica alude a la pretensión de universalidad del modelo occidental y a la «modernización exógena», pretextos para la esclavitud, el colonialismo y el racismo. El opone la «tradición» (religión, jerarquía, familia) para una revolución conservadora. Uno de los primeros autores neoeuroasiáticos, Alexandr Panarin (1940-2003), denunciaba el «darwinismo social» de los liberales, en el modelo del "sobrevivo cuando mi vecino muere«; añadía:»Queremos construir no solamente una sociedad civil, sino un gran Estado, un Estado para la mayoría insuficientemente protegida  [6]."

Duguin publicó en 2013, bajo el título La llamada de Eurasia, un libro de entrevistas con el pensador francés de la «nueva derecha» Alain de Benoist [7]. La primera discusión entre los dos hombres tuvo lugar en Moscú, en 1992. En ella tomó parte el geopolitólogo Robert Steuckers y, lo más sorprendente, el líder del PCFR, Guennadi Ziugánov, así como su camarada Alexandr Projánov, redactor jefe de Den (Hoy) [8]. Esta revista acababa de publicar una entrevista condescendiente con el antiguo jefe de la división SS Wallonie, Léon Degrelle, exilado en España desde 1945. La tercera vía rusa se encontraba entonces en un caos deletéreo, al que contribuía otra corriente, nacionalista, étnica, identitaria, antisemita y rusocéntrica. Para ésta, la revolución de 1917 fue hecha por judíos y otros extraños. Los adeptos a esta tendencia deploran que la URSS impidiera el establecimiento de instituciones nacionales rusas, mientras que las repúblicas no rusas tenían las suyas. Incluso en la actual Federación de Rusia, se lamentan, el rossiane (ciudadano) no es el russki (ruso en el sentido étnico). "Rusia para los rusos" se convirtió en el slogan de las marchas rusas organizadas, desde 2005, los 4 de noviembre por la extrema derecha, quien también organiza cacerías mortales de inmigrantes.

En 2006, el dirigente del partido Ródina (La Patria), Dmitri Rogozin, que fue representante de Rusia ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bruselas, soltó, con elocuencia, este mensaje : "La idea nacional devuelve al pueblo ruso a su estado natural: ser el señor en su casa [9]." Este etnicismo ruso no hace sino recordar el ala neonazi del nuevo gobierno ucranio salido del movimiento del Maidán, en filiación directa con la herencia de la colaboración nazi y de la Waffen SS. Svoboda y otras organizaciones nacionalistas de Galitsia organizan cada año, el 28 de abril, la celebración de la división Waffen SS Galitsina [10].

Inciertas entradas al Kremlin

Progresivamente, el neoeuroasianismo se va a desmarcar de forma muy significativa de esta corriente. Presume de mesiánico y abierto, cuando, desbordando su espacio euroasiático, apela a la alianza transcontinental de las "tradiciones«en el respeto de las diferencias: la»Gran Europa«, a liberar de la tutela americana, está convidada a la fiesta. Sabiendo romper con las amistades inoportunas, Duguin aclimató su pensamiento a las necesidades ideológicas de la era Putin. El neoconservadurismo de Estado encarnado por el presidente ruso quiere superar el nacionalismo etnicista y sustraer el»patriotismo" de la influencia comunista [11]. El neoeuroasianismo aparece como una posible fuente para esta tesis. Recientemente, Putin se erigió en defensor de los valores tradicionales de la familia, de las "buenas costumbres" sexuales, de la moral cristiana: tantas posiciones que regocijan a los adeptos del euroasianismo.

Sin embargo, la influencia real de Duguin en las orientaciones del régimen putiniano están en tela de juicio. Al ideólogo le gusta dirigir sus entradas en los círculos dirigentes. "Esta ilusión interpretativa no está desprovista de fundamentos racionales: un gran número de elementos indican que se ha comprometido en una colaboración efectiva con el poder", comenta Vera Nikolski, autora de una tesis sobre el PNB y el euroasianismo [12]. La investigadora señala a algunos de sus admiradores en el seno de los círculos presidenciales, miembros de Rusia Unida: el patriota periodista estrella, Mijail Leóntiev, el politólogo Serguéi Márkov (elegido diputado en la Duma en 2007) o también Iván Demídov, encargado de cuestiones ideológicas del partido Rusia Unida. Duguin recuerda su compromiso junto a Putin desde su primer acceso al Kremlin, en 2000. Desde entonces, ha defendido la línea del presidente, felicitándose de verlo acercarse al "pueblo"… es decir, a él.

El gran proyecto euroasiático concreto, la Unión económica en gestación es, ante todo, un mercado común que representa más del 80% del potencial económico del antiguo espacio soviético. Pero esta unión constituiría, también, un vasto mundo cultural propiamente euroasiático: eslavo, ugro-finés, turkmeno, armenio. Mientras que el ideólogo musulmán, Gueidar Dzhemal la cree "nacida-muerta" [13], Duguin, sigue pensando que Putin aspira a un "objetivo más elevado, de orden geopolítico y político. Se trata de la creación, en el espacio de Eurasia del norte, de una unidad supranacional basada en una pertenencia a una civilización común".

Este discurso, portador de una visión esencialista de Rusia, nunca aborda los problemas concretos a los que se enfrentan cientos de millones de habitantes de Eurasia. Tiene pocas posibilidades de ser ampliamente comprendido; pero no es ese su objetivo. Duguin se dirige a las élites dirigentes. La influencia de los neoeuroasiáticos está, probablemente, limitada a los círculos de los altos funcionarios, desplegando sus redes en una veintena de países —en rivalidad con los, muy poderosos, del poder de convicción americano. Proponen una batería de propuestas a los poderes del lugar en varias capitales de Eurasia para organizar la resistencia al modelo occidental y a lo que ellos denominan la "estrategia de la anaconda«desplegada por los EE UU. De las»revoluciones de colores«al actual»golpe de Estado" en Ucrania, la asfixia progresiva de Rusia podría, según ellos, recurrir a la vía militar.

Estiman que la frontera de los bloques de civilizaciones pasa por Ucrania, constatan como un hecho el odio a los rusos en el Oeste y ven en el horizonte la división del país. Tras la toma de Crimea, de la que se felicita, Duguin invoca (en el sitio del Frente Nacional Bolchevique, el 18 de marzo) una "primavera rusa«. Reclama:»Moscú debe enviar sus tropas a Ucrania«—país al que se refiere con un antiguo apelativo:»Nueva Rusia" (Novorosia), retomada por Putin el pasado 17 de abril.

Pero prevé, también, una estratega alternativa: trabajarse al núcleo del nacionalismo del Oeste, cuya ucrainidad será indefectiblemente rechazada por la Europa liberal, y convencer a los ultras de superar su rusofobia a favor del mal menor que representaría la euroasianidad. A este cálculo no le falta fundamento. ¿No se ven desfiles de integristas, tanto de ortodoxos rusos como de uniatos ucranios, condenando la Europa degenerada y sodomita? La igualdad de derechos conseguida por los homosexuales en Occidente, el caso de las Pussy Riot o las exhibiciones de las Femen han chocado con la totalidad de los nacionalistas.

Esta ideología de fortaleza asediada aparece, a corto plazo, como una reacción enérgica al expansionismo occidental, una "llamada a las armas«aspirando a formar una coalición de Estados fuertes en Asia central, eslavos y musulmanes. Si es posible ser aliados de China, estos estarían en condiciones de reaccionar a la amenaza que viniera del Oeste así como a los»terroristas" venidos del Sur. Autor del Ataque a Rusia, el neoeuroasiático Valeri Korovin afirmaba a principios de 2014: "La guerra contra Rusia ha comenzado" [14]. [15]

Jean-Marie Chauvier, Periodista.

[1Cf. Marlène Laruelle, « La triangulaire “Russie”, “exil russe”, “culture d’accueil” : le prisme occidental non assumé de l’eurasisme », [La triangular Rusia, exilio ruso, cultura de acogida: el prisma occidental no asumido del euroasianismo] coloquio « Premières rencontres de l’Institut européen Est-Ouest » [Primeros encuentros del Instituto Europeo Este-Oeste], Lyon, ENS-LSH, 2-4 diciembre 2004

[2El personaje inspiro al novelista Emmanuel Carrère su Limonov, POL, Paris, 2011.

[3N. T.: Coalición no activa en la actualidad.

[4Alexander Duguin, La Quatrième Théorie politique. La Russie et les idées politiques du XXI e siècle [La cuarta teoría política. Rusia y las ideas políticas del siglo XXI], Ars Magna Editions, Nantes, 2012.

[5Leer Evelyne Pieiller, « Les embrouilles idéologiques de l’extrême droite », [Los embrollos ideológicos de la extrema derecha] Le Monde diplomatique, octubre 2013.

[7Alexandr Duguin, L’Appel de l’Eurasie. Conversation avec Alain de Benoist, Avatar, coll [La llamada de Eurasia. Conversación con Alain de Benoist, Avatar, coll.]. « Heartland », Etampes, 2013.

[8N. T.: Revista prohibida en 1993 por su apoyo al Sóviet Supremo de la Federación Rusa en octubre de ese año frente a Yeltsin. Retomó su actividad bajo del nombre de Savtra (Mañana).

[9Vrag naroda [El enemigo del pueblo], Algoritm, Moscú, 2006.

[10Leer Emmanuel Dreyfus, « En Ukraine, les ultras du nationalisme » [Traducido en Ventana a Rusia: En Ucrania, los ultras del nacionalismo], Le Monde diplomatique, marzo 2014.

[11Leer « En Russie, nostalgie soviétique et nouveau patriotisme d’Etat » [Nostalgia soviética y nuevo patriotismo de Estado], Le Monde diplomatique, marzo 2004.

[12Véra Nikolski, National-bolchevisme et néo-eurasisme dans la Russie contemporaine. La carrière militante d’une idéologie, [Nacional-bolchevismo y neo-euroasianismo en la Rusia contemporánea. La carrera militar de un ideólogo] Mare & Martin, Paris, 2013.

[13Artogeia, Moscú, 12 agosto 2013.

[14Valeri Korovin, Ataque a Rusia. Geopolítica y presentimiento de guerra, Píter, San Petersburgo, 2014 (en ruso).

[15Material original: Le Monde diplomatique, versión impresa en francés, páginas 8 y 9, mayo de 2014. Traducción: Ventana a Rusia.
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