Comprar con recursos propios un piso en una gran ciudad, es hasta ahora un objetivo inalcanzable para la mayoría de los rusos. Para adquirir un piso normal de una habitación con un salario medio, los ciudadanos necesitan renunciar completamente a todo gasto, incluida la comida, en una decena de años. Así, para la adquisición de un estudio en la capital, al moscovita que trabaja le hace falta reservar el 100% del sueldo durante aproximadamente 12 años.