En cierto tiempo, los chistes políticos se contaban en voz baja y sólo a conocidos dignos de confianza. Porque por esto se podía perfectamente conseguir una condena concreta y no sólo en los tiempos comunistas del querido Iosif Vissariónovich [Stalin], sino también mucho después. Pero tanto entonces como ahora, el humor popular, como el papel de tornasol, reveló y revelará lo fundamental de la vida del país.