¡Adiós a la canícula, los incendios forestales, los humos tóxicos! La ola de calor que hizo doblar la tasa de mortalidad en Moscú -700 muertos al día cuando el termómetro marcaba 40º grados- ha finalizado. Después de seis semana de sequías e incendios, Rusia respira. El fuego ha sido dominado. La meteorología anuncia temperaturas a la baja e incluso un aviso de tempestad.
El balance es importante: 200.000 hectáreas de bosques han sido devastadas, 2.000 viviendas se han reducido a cenizas, (…)