Según cuenta la leyenda popular en Rusia, la emperatriz Ekaterina II realizó un viaje a Crimea en 1787 para visitar los territorios recientemente conquistados a los turcos y ver las condiciones de vida de su poblaciones. A lo largo del camino, el príncipe Potiómki hizo construir falsos pueblos de cartón-piedra para hacer creer a la emperatriz lo floreciente de sus poblaciones y ocultar así sus miserias. Aunque parece que todo es un mito histórico y que no tuvo lugar, los rusos supieron (…)