En el plato de los rusos
Una encuesta de una prestigiosa organización confirma las preferencias sencillas de los rusos en lo referente a la comida: prefieren la carne con patatas al susi.
1 | Carne | 13,0% |
2 | Patatas | 6,2% |
3 | Ensalada | 5,4% |
4 | Borsch [1] | 4,7% |
5 | Pelmeni [2] | 4,6% |
6 | Pollo | 4,2% |
7 | Arroz/Pilaf [3]/Rizotto | 3,7% |
8 | Sopa | 3,4% |
9 | Exquisiteces | 3,2% |
10 | Pescado | 3,1% |
11 | Patatas fritas | 2,7% |
12 | Verduras | 2,6% |
13 | Kebab/Shashlik [4] | 2,3% |
14 | Lasaña | 2,1% |
14 | Susi/Sasimi | 2,1% |
Fuente: Oxfam. |
Los datos del Ministerio de Agricultura ruso, publicados la pasada semana por la agencia Interfax, no son causa de alegrías: el crecimiento de los precios afectó tanto a los establecimientos caros, como a los normales restaurantes de fábricas. Así, si la típica comida en un restaurante se encareció en tres meses en un 0,8% (de 525,71 rublos [13,60 €] en enero, a 530,01 rublos [13,70 €] en marzo), el tentempié en uno u otro establecimiento creció un 1,5%, de 112,98 rublos [2,93 €] a 114,72 rublos [2,97 €]. La inflación afectó, con mucha mayor fuerza, al café: hoy, una taza de esta bebida en las cadenas que ofrecen comida rápida cuesta, por término medio, 44,01 rublos (1,14 €), cuando en enero era casi un rublo más barata. Lo interesante es que, de acuerdo con un autorizado estudio de la consultora Mercer, una taza de café —popular indicador de calidad de vida— en Moscú cuesta el fantástico precio de 8,54 dólares americanos (6,56 €), o 250 rublos (en comparación, en Zurich, cuesta cerca de 170 rublos [4,40 €]).
Aún hace un año los expertos rusos avisaban: dicen que se pasó la aguda fase de la crisis, durante la cual era estratégicamente incorrecto subir los precios, y, ahora, de nuevo habrá clientes pagar la subida de precios por el piso compartido, los productos de alimentación y demás gastos a la rusa de los negocios. Otra cosa interesante: esta subida de precios, que ni se menciona, ocurre con el telón de fondo de la ampliación de la cadena de restaurantes y cafeterías, y no sólo en la capitales. Según datos de Ogoniok, hoy hay en Moscú cerca de 6.500 restaurantes y este considerable salto ocurrió durante los últimos dos años. El Servicio Federal de Estadística Estatal confirma esta tendencia: si en 2005 había en Rusia sólo 16.200 establecimientos públicos de comida, en 2009 ya había entonces 36.600 y en 2010, 40.400 establecimientos.
Sin embargo, el aumento de la competencia no influye, por ahora, en el nivel de precios, sino en clientes insatisfechos con la calidad de la comida en cafés y restaurantes. ¿Qué impide a los rusos comer y beber como en América o Europa? Como también señalan los expertos rusos, hay un verdadera serie de causas: así, por ejemplo, los restaurantes nacionales sufren la carencia de productos propios, de productos rusos. En Occidente, a menudo el productor los suministra según el principio “directamente a la mesa desde la granja”, y en Rusia, por lo general, los productos se traen del extranjero, con los consiguientes costes de logística, derechos de aduana, pago de servicios de la compañía importadora… Además, no hay que olvidar que prácticamente todos los locales de cafeterías y restaurantes son arrendados, y el alquiler en el mismo Moscú es de por sí sensiblemente más caro que en muchas otras capitales del mundo. Y qué decir de la preparación del personal (no es casualidad que las autoridades de la capital rusa piensen iniciar cursos especiales donde los camareros deban aprender a… sonreír) y de otras razones no tan evidentes. Precisamente por esto, opinan los expertos, no hay que comparar el negocio de restauración ruso con el occidental. En Rusia, todo es diferente: es mucho menor la estructura de consumo, la cultura gastronómica y de restaurantes.
Las autoridades de la capital rusa piensen iniciar cursos especiales donde los camareros deban aprender a… sonreír.
Pero el apetito de los rusos, como señala el periódico “New-York Times”, está listo para satisfacer a las grandes cadenas de comida rápida que han aparecido en el mercado nacional ruso: Burguer King, Wendy’s, Subway… El boom en Rusia de establecimientos de comida rápida ha provocado, en particular, la invasión de moles comerciales, grandes centros comerciales, con salas especiales para comida, así como el desarrollo del suministro de productos congelados y envasados. Sin embargo, es posible que sea la principal causa de que los rusos gasten hoy el dinero más fácilmente, lo mismo que los americanos, en quienes penden las deudas de las hipotecas o grandes cuentas de gastos médicos. Como resultado: si el ticket medio de comida rápida en un cafetería nacional es de 8,92 dólares (6,86 €), en EE UU, es de 6,50 (casi 5 €). Los datos de los periodistas americanos confirman el hecho de que todavía faltan restaurantes en Rusia: si en Moscú, donde viven aproximadamente 12 millones de personas, hay sólo cerca de 300 pizzerías, en Manhattan, con su población de 1,5 millones, hay 4.000 pizzerías. [5]
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