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Dos ’Beslanes’

El 31 de agosto aterrizó en Beslán una delegación de “Alfa” y de “Vympel”. En total, 60 personas. El aeropuerto fue rodeado con fuerzas locales del FSB. Es la tradición. Pérdidas tales como en Beslán durante el asalto de la escuela Nº 1, no hubo nunca: de "Alfa" (tres muertos) y de “Vympel” (siete). Y he aquí que cinco años seguidos hace ya que las fuerzas especiales aterrizan en Beslán. Aterrizan como si los habitantes del lugar (excepto los funcionarios) no supieran nada de ello…

Pregunto a Susana Dudieva, jefa del comité “Madres de Beslán”. Sin su participación (o aunque sea, sin su opinión) no se realiza ningún acto oficial relacionado con la tragedia de Beslán.

— No sé nada de las fuerzas especiales, - responde con perplejidad Dydieva. - No nos han invitado a la recepción, ¿Dónde están?

Las fuerzas especiales, que hicieron una marcha en formación en el cementerio y en la escuela Nº 1, salieron volando en el mismo día.

— ¿Recordaron a sus compañeros de armas o también a nuestros hijos? - preguntan las madres de Beslán

Y cada año esta pregunta, de una vez y otra vez, forma parte de la tradición. Nada se cambia en este doloroso horario. Sólo que se quedan menos personas.

A las 9:15, la campana de la escuela. Después, la intervención del presidente de la república, Taimuraz Mamsyrov. A continuación, la gente entra en el gimnasio, depositan flores y colocan velas junto a fotografías ampliadas en las desnudas paredes carbonizadas, cubiertas con las huellas de las balas y de las granadas, llenas de inscripciones "Los turcos os recuerdan«,»Daguestán se aflige con vosotros«,»Irkust reza por vosotros…"

Las autoridades y la gente recuerdan este acto terrorista de distinta manera. Y lo recuerdan a su modo.

El aflujo principal de profesores, de médicos y de otros empleados de otras regiones de la república, se agota en 45 minutos. La casa de los Kadíev colinda con la escuela Nº 1, en los bordes que rodean el patio, hasta ahora son distinguibles, claramente, las huellas de las orugas de los tanques. Cerca de la casa, llevo a cabo un pequeño experimento: pregunto a la gente que llega a recordar a los fallecidos, sobre las causas de las primeras explosiones que resonaron en la escuela el 3 de septiembre de 2004 a las 13:03.

23 de los 23 interrogados dijeron: “La escuela la volaron los terroristas”.

A la 24 persona, se elevó una voz a mi espalda de mi antiguo conocido de Beslán: “¡Pare esta vergüenza!

Beslán es el acto terrorista más evidente de la Rusia de Putin. Prácticamente, todas las mentiras oficiales sobre Beslán, han sido refutadas con los hechos, que fueron recogidos por los habitantes de Beslán, documentados y hechos públicos. Y contra estos argumentos, un débil sumario que, tristemente, se prolonga ya seis años para un sólo y único objetivo: no dar acceso a las víctimas a la información de los elementos que componen la causa criminal.

Pero la gente no quiere conocer la versión de los propios rehenes de Beslán. Y este es el principal resumen del más terrible acto terrorista de Rusia, que los mismos habitantes de Beslán denominan “los olvidados”.

El hecho es que una vez al año, el 1 de septiembre, en el país resuena la palabra “Beslán” y aquí la perciben con especial indiferencia. En este día, los habitantes de Beslán no ven las noticias, no esperan palabras de condolencia del presidente o del primer ministro de Rusia. E incluso en la visita del presidente de Osetia del Sur, Eduard Kokoity, (tras un cortejo para el que cerraron el itinerario y echaron los otros coches, de la gente que iba al cementerio, a la cuneta) a Beslán los sarcásticos respondían: “Este 001 (matrícula del jeep de Kokoity) aún no ha entendido que para Rusia Beslán es un cero a la izquierda”.

Lo inesperado para Beslán fue la primera visita, tras todos estos años, de una delegación de diputados del parlamento europeo. Los diputados fueron invitados por la dirigente de “La voz de Beslán”, Ella Kesaeva, a quien apoyan aquí cada vez más gente. Y a quien no quieren, categóricamente, las autoridades locales. Incluso tras sus insistentes llamamientos a los señores Medvédev y Putin. Pide lo imposible: que el presidente Medvédev se reúna con los habitantes de Beslán, que el primer ministro ordene a su gobierno proponer por fin a la Duma una ley sobre víctimas de actos terroristas.

Hace ya muchos años que Ella Kesaeva, también, dirigió al parlamento europeo, una petición para realizar una investigación internacional sobre Beslán.

No sé hasta qué punto es esto real. Pero precisamente esta pregunta se la hicieron los parlamentarios europeos a Stanislav Kesaev, vice-portavoz del parlamento de Osetia del Norte y dirigente local de la comisión parlamentaria para la investigación de las circunstancias del acto terrorista de Beslán.

Centenares de habitantes de Beslán se dirigieron a nosotros en solicitud de una investigación internacional. ¿Qué piensa usted a este respecto? - preguntó a Stanislav Kesaev la jefa de la delegación, Heidi Hautala (la entrevista tuvo lugar en la facultad de derecho de la universidad estatal de Osetia del Norte).

— Pienso que no hay ninguna necesidad de esto, - dijo Kesaev. - La investigación avanza. No se puede decir que no hay ningún resultado. El caso del terrorista Kulaev ya está cerrado. Ahora esperamos el caso principal de Beslán. Sí que ha pasado mucho tiempo, pero es que también el tribunal europeo a veces estudia demandas de hace 10 años y más. En general, no comprendo esta confianza rusa nuestra en la justicia internacional. ¡El ciudadano ruso debe confiar en nuestra Temis!

Aquí, Stanislav Magometovich señaló con el dedo la estatua de Temis de la que sobresalían, en diferentes partes, enormes pechos de bronce y pliegues de túnica de la cadera.

La entrevista de los eurodiputados con Kesaev languidecía. “La comisión no tuvo ningún problema en determinar la responsabilidad individual de alguien por aquellos actos que tuvieron lugar entre 1-3 de septiembre de 2004, - dijo Kesaev. - Esto es una tarea de la investigación”.

Se tuvo la sensación de que Kesaev volvía a escribir su célebre informe ante los asombrados ojos de sus interlocutores. En noviembre de 2005 causó sensación: fue el primer documento que desmentía la versión oficial sobre Beslán, que mencionaba a personas concretas responsables por el uso, durante el asalto, de lanzallamas, lanzagranadas, tanques y material blindado.

Éste fue el primer documento en el que se hablaba de que, el gimnasio con los rehenes, se incendió por el uso de armas termobarimétricas e incendiarias y no permitieron apagar el fuego hasta el momento en el que se derrumbó el techo del gimnasio.

Éste fue el primer documento en el que se ha analizado y explicado la lógica de conducta del estado mayor operativo y de las autoridades, quienes iniciaron el asalto de la escuela a las 13:03, para no permitir la liberación de los rehenes de Masjádov. Las negociaciones que se llevaron a través de mediadores, Ruslán Aushev, Mijail Gutseriev y Aleksandr Dzasojov, fueron exitosas. Y existió la posibilidad de salvar a los rehenes, si quiera a los niños, si hubieran continuado. Pero no continuaron porque el mando procedió al asalto. Y entonces el gimnasio fue fogueado con lanzallamas y lanzagranadas, pero las autoridades oficiales dijeron que “los terroristas volaron la escuela”. Y así se dice hasta ahora, pero nada se dice sobre los lanzagranadas y lanzallamas.

Cuando los diputados del Europarlamento comprendieron que Kesaev tenía la intención de, diplomáticamente, seguir eludiendo las preguntas sobre su informe, cortésmente suspendieron el encuentro y declinaron, también cortésmente, la invitación a comer.

Un funcionario osetino de la sección local de ministerio de Asuntos Exteriores, con el que Kesaev llegó a la reunión con los europeos, me pidió:

— Después de su entrevista con esta loca de Ella Kesaeva, es preciso convencerles para que coman con nosotros. Usted puede ayudarnos…

Y transmití la invitación.

Heidi Hautala y cinco miembros de la delegación europea cenaron en casa de Ella Kesaeva. [1]